¿A QUÉ SABE TU VIDA?

¿Es dulce?

¿Es salada?

¿Es ácida?

¿Es amarga?

¿Es picante?

Cada sabor lo relaciono con un estado, verás:

-Dulce: Tranquila, en equilibrio, con paz.

-Salada: Con excesos, demasiado de todo, puede llegar a generarnos estrés.

-Ácida: Estridente, también con excesos o aspectos que despuntan y nos desvían de nuestra “normalidad”. Puede llevarnos a generarnos estrés también.

-Amarga: Con pensamientos pobres que nos perjudican. Esta asociación quizás es la más utilizada popularmente ¿verdad? Con la frase hecha “no te amargues la vida”.

-Picante: Con toques de chispa, entusiasmo, picardía.

¿A qué sabe tu vida?

Considero que lo ideal es el equilibrio entre todas, es decir que haya momento para degustar todos los sabores pero que no te quedes anclado en uno solamente, sobre todo si hace referencia al salado o al amargo.

Es importante que sepas cuál es tu punto de partida. De esta forma empezamos a tomar conciencia de cómo te estás nutriendo en estos momentos.

Toma papel y boli y ¡conecta con tu interior para responderte a mi pregunta.

Si quieres profundizar un poquito más: Mira, en cada una de las áreas de tu vida (personal y salud, familiar, social y laboral), ¿ a qué sabe tu vida?

¡Seguimos!

Fragmento del capítulo 1 del libro «nutriendo tu día»

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